Mortales debéis saber que entre todas las creaturas aladas mágicas los ángeles
de níveas plumas no son los únicos que están al servicio del bien; los hay de
vuelo azul como el mar, verdes como las colinas, grises como la tempestad que
se anuncia su presencia, son tantos y tan variados que me tomaría más de una
vida en nombrarlos y describirlos.
Pero hoy les hablaré de un tipo de ángel muy esquivo y raro aún entre su
misma clase: el vuelo de la noche; seres de belleza etérea, cuyas alas del
hermoso color del ébano están adornadas con brillos de plata extraídos del
telar de la misma diosa luna.
Veo que me miráis como si estuviera loca, ¿un ángel de plumas negras, que no
sirve al lucero caído?, "alas como las de los demonios", decís; sabed
mis buenos mortales que el color de sus alas no significa que sean seres
manchados por el pecado y la maldad...queréis pruebas, bien os daré una: cuando
un pequeño esta en medio de una pelea de la cual desearía fuese más justa para
tener cuando menos una oportunidad si su deseo es fuerte y su alma aún no
conoce los intrínsecos caminos de la maldad humana, uno de estos Seres abrirá
un campo de batalla neutral removiendo cualquier desventaja desleal.
No os parece suficiente, entonces les contare algunos de sus secretos y
podrán entonces maravillarse como yo con tan deliciosa malicia de lo que
Alarune hija de la Madre, arquera celestial compartió con esta vieja.
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